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Bien común

 Minificción

Bien común

Por Lorena Vasconcelos

Todo sucedió en menos de tres minutos. Suficiente para una línea de tiempo cargada de ira en la que Alfonso leyó el correo, aventó los pedazos de carta al piso, tomó el bonche de papeles amontonados en la mesita del rincón y lo lanzó por la ventana al contenedor de la calle.
Al siguiente día, el ego vencido lo llevó a empujones hasta el depósito de basura. Nada. Vacío como todo los domingos desde temprana hora. Su antología poética no había ganado la convocatoria y la editorial advertía que no habría devolución del material. La única copia estaba ahora en manos de un no sé quién, que en adelante compartiría poemas sobre la vida y el amor a sus compañeros en la unidad de reciclaje, a las vecinas del barrio o a la banda de la cascarita de fut y chelas de cada domingo.

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Ecocidio

Ecocidio  Por Lorena Vasconcelos —¡Fea!, ¡panzona!, gritaban varias voces a coro en el estanque. Cansada de mirar su cuerpo y sentir tristeza, la niña liebre pateó con fuerza hasta liberar el tejido de ramas y hojas que mantenía la represa.  Cuando los demás animales reclamaron el ecocidio, la pequeña sonrió y festejó que ya no tendrían cómo sostener sus ofensas. No habría más reflejos, mucho menos comparaciones, ni un estanque al cual caer después de las burlas y empujones. Ni tampoco, un bosque.
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Minificción   Constelaciones familiares Por Lorena Vasconcelos Regresó del trabajo y con un ademán de saludo me mostró la sorpresa. Corrí por el pedacito de gis blanco para copiar los puntos que ella impregnó con esmalte de uñas en su palma. Dibujamos nuestro universo en la pared de ladrillos que pintamos de color café, a falta de negro.  —Esta constelación se llama Perseo, ponla abajo de Casiopea —me indicó. Ese día despidieron a mi madre sin pago, porque a su patrona le molestó encontrarla hojeando un libro de astronomía en la biblioteca, en lugar de fregar la estufa, sus manos y su espalda.  Repasamos el manto estelar y nos fuimos a dormir tras el aviso de que al día siguiente no viajarían más puntos rojos en su mano, pero que en algún momento continuaría dibujando nuestro universo.