Alergia estacional
Es primavera y quiero morirme.
No en realidad,
no sin latidos.
Sólo a ratos,
mientras respiro,
hago cuentas
y sazono la cena.
Se despide la noche,
cansada de esperarte luna.
Es un tormento tu ingenua ausencia.
Amanece. Hay huelga de aves y
flores desmembradas en las piedras.
¿Ves abejas en alguna parte?
No estamos para rondas, primavera.
y nadie se atreve a desafiarte.
Otra vez anochece...
Miro por la ventana
y ahí está ella, amarilla y risueña,
plagada de esperanza y promesas.
Eres inevitable, como la vida, primavera.
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